Lo que me gusta de ti (Camren)

LO QUE ME GUSTA DE TI


Capítulo 1: Perfecto


-Creo que entenderá cuando le digo, Cabello, que ésta será la mejor inversión que haga en su vida. No se arrepentirá, se lo aseguro-repitió por 5ta vez consecutiva el hombre sentado enfrente suyo.

Camila Cabello no lo miraba, sólo asentía ausentemente a cada una de las palabras de Ivanov. Sí, escuchaba lo que decía, pero ya se sentía cansada y a veces sólo miraba la pantalla de su computador para mirar la hora.
Ya era tardísimo y aún le faltaban cosas por hacer.

-… Entonces, dígame si le parece que yo la llame o…

-Yo le llamo, Ivanov. No se preocupe-dijo Camila, seriamente.

-¿Está segura que no… ?

-No, tranquilo. Mi asistente se comunicará a su oficina y yo… yo le daré mi respuesta-respondió, Camila.

-Bueno, entonces, quedamos así. Me voy retirando

-Lo acompaño.

-No, gracias, Cabello. Conozco el camino. Muchísimas gracias por recibirme y… que tenga buenas tardes.

-Buenas tardes, Ivanov.

El hombre salió y apenas cerró la puerta, Camila se levantó de su asiento y se dejó caer encima de un mueble que estaba justo al lado de la gran ventana que dejaba ver toda Moscú al atardecer. Estaba agotada y un gran dolor de cabeza comenzó a molestarle. Cerró los ojos un instante, cuando escuchó que abrieron la puerta y enseguida se enderezó, pero cuando vio quien era, se calmó.

Un hombre alto, con cabello negro y ojos igualmente negros, la miraba desde la puerta, con una sonrisa y una ceja alzada.

-Viktor, ¿Qué te trae por… ?

En unos segundos, un par de labios la silenciaron, besándola como si se fuera a terminar el mundo. Viktor se separó y acariciando la mejilla de la Castaña, la besó en la frente.

-Me tienes abandonado, cariño-dijo Viktor, sentándose a su lado en el mueble.

-He tenido mucho trabajo, además que mis hermanos…

-Tengo entendido que saldrán de campamento, ¿No?-interrumpió Viktor, mirándola con una sonrisa que intentaba ser provocadora, pero falló al notar la seriedad de Camila.

-Sí, se van y eso…

-Te tiene preocupa…

-¿Podrías dejar de interrumpirme?-exigió Camila, visiblemente molesta. Se levantó del mueble y se acercó a los ventanales para ver la ciudad, cuando sintió los brazos fuertes de Viktor abrazándola por la cintura, a la vez que depositaba pequeños besos por el cuello de la Castaña.

-Disculpa, cariño-susurró Viktor, con una voz profunda.

-Viktor, por favor…

-Estás tensa… tienes que relajarte-murmuró, intentando masajearle los hombros, pero en ese momento, Camila se separó con brusquedad, provocando que Viktor gruñera de frustración.

-¿Se puede saber qué demonios te ocurre?-preguntó Viktor con voz demandante-Sabes que no me gusta en lo absoluto que me dejes así.

-Viktor, por favor. Me duele la cabeza ahora mismo, tuve una reunión con Ivanov de 3 horas y…

-Pero…

-Y definitivamente no necesito tus reproches. Tengo que ir a buscar a Liam al…

-¡¿Por primera vez en tu vida podrías no meter a algunos de tus hermanos en nuestra conversación?!-exigió Viktor, completamente furioso, pero enseguida se arrepintió al ver el rostro de Camila.

-¿Por qué viniste?-preguntó la castaña, ofendida.

-Camila, lo siento, de verdad que…

-Viktor… sólo limítate a respirar… ¡Soy su hermana mayor, son mis hermanos por el amor de Dios! ¡Son mi responsabilidad desde que mis padres murieron!

-Amor, lo sé…

-¡No puedo dejarlos solos como si fueran… vacas! Yo… por los clavos de Cristo, no sé ni por qué me esfuerzo por explicártelo… ya deberías saberlo.

Camila tomó su bolso y salió de su oficina completamente molesta y dejando a un Viktor aturdido y enojado.

Capítulo 2: Ya verás.


Sentía unas cosquillas en su nariz, intentó rascarse, pero al segundo volvió a sentir aquello tan molesto en su cara. Nuevamente se rascó la nariz y cuando por fin creyó que podría seguir durmiendo, sintió las cosquillas y sin medir su fuerza, se dio un manotazo en la cara que la hizo gritar, a la vez que unas carcajadas se escucharon.
Se levantó de un salto y se encontró con Niall, Zayn y Luke riéndose a carcajadas, mientras Zayn tenía en su mano una pluma.

-¡Idiotas! ¡No se puede dormir ahora!-protestó Lauren, enfadada.

Los chicos seguían riéndose, cuando de pronto hizo su aparición Boris, que al verle la cara a Lauren, abrió muchos los ojos, frunció la boca y se la tapó con una mano para evitar reírse, sin embargo, le fue imposible y se unió a las risas.

Lauren se pasó la mano por la cara, miró su mano que estaba manchada de negro y, enojada, buscó en su bolso un espejo, se miró y vio un montón de manchas negras, que parecían producto de betún de zapato y alrededor de su ojo derecho tenía un gran círculo negro; dándole un aspecto de haber sido golpeada.

-¡Me la van a pagar!-gritó Lauren, furiosa, mientras buscaba algo con qué limpiarse.

-Chicos, el avión ya está terminando de aterrizar, dense prisa. Lauren… límpiate bien eso-dijo Boris, sonriendo burlonamente a la vez que se fue rápidamente hacia la cabina del piloto.

-Ahora van a pensar que me he caído a golpes con alguien-protestó Lauren, intentando en vano, limpiarse el círculo negro alrededor de su ojo.

-Míralo por el lado amable, Lolo. Ahora tendrás a la prensa preocupada por ti-dijo Niall, con una sonrisa.

-¿Ese es el lado amable?-preguntó la pelinegra, alzando una ceja.

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Conducía su Audi A4 azul, escuchando “Inní mér syngur vitleysingur” de Sigur Rós cuando se vio interrumpida por el ringtone de su celular.

-Voy en camino, Liam-respondió Camila, sin darle tiempo a su hermano de hablar.

-Bueno, en realidad, te iba a pedir que te tardaras un poco, porque acabo de encontrarme con esta chica que no veo desde…

-Liam, lo que sea. Sólo tienes que estar pendiente. No quiero estar por todo el aeropuerto buscándote-interrumpió Camila, impaciente

-Está bien, Camila. Nos vemos.

Lima colgó y apenas tuvo tiempo de colgar ella también, cuando volvió a repicar el celular.

-Mila...

-Dime, Chris

-Mila, ¿En serio tenemos que ir de nuevo a ese campamento?-preguntó el chico, con voz de fastidio.

-Chris, ya hablamos de eso

-Pero es que… Mila, nosotros queríamos saber si podemos hacer…

-No, no pueden-le interrumpió enseguida.

-¡Ni siquiera sabes lo que iba a decir!-reclamó Christopher, desesperado

-Pero me lo imagino. Chris, hablamos luego, voy manejando.

-Pero…

-Hablamos luego.

Colgó y lanzando su celular hacia el asiento trasero, volvió a subirle el volumen a la música, que ya iba por “Við spilum endalaust”.

Había tráfico pesado y por eso cuando llegó al estacionamiento, dejó el auto aparcado y salió corriendo a buscar a su hermano. Tenía un humor de perros, intentó controlarse, porque Liam había pasado 2 meses en Italia y el no haberlo visto durante ese tiempo la desesperaba.

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No había logrado sacarse mucho el círculo negro alrededor de su ojo, por lo que se tuvo que poner unos lentes oscuros. Iba entrando cuando un montón de flashes, micrófonos, cámaras y gritos la recibieron. Los guardaespaldas la mantenían protegida del mar de gente que quería acercarse para obtener una foto, un autógrafo, una sonrisa o aunque sea una mirada de Lauren. Con cuidado, mientras firmaba algunos autógrafos, un hombre con un micrófono apareció de pronto y los guardaespaldas comenzaron a intentar apartarlo, pero Lauren les dijo con una mirada que lo dejaran.

-Lauren, ¿Cómo te sientes después de este intenso tour por todo Europa?-preguntó el hombre, apresuradamente, mientras intentaba seguirle el paso a Lauren.

-Ha sido genial, los fans europeos como americanos son fantásticos y espero volver pronto a los lugares-respondió Lauren, con una sonrisa, a la vez que le entregaba un zapato firmado a un chico.

-¿Qué viene ahora?-preguntó el reportero

-Un largo descanso para mí-respondió Lauren, suspirando.

-Gracias, Lauren y… ¿Puedo saber qué te pasó en la cara?

Lauren sonrió, pidiendo mentalmente que, si era posible, se abriera un boquete en el suelo y se tragara al reportero.

-Tengo unos amigos muy bromistas-respondió, sin dar más detalles.

-Gracias, Lauren.

Entraron a un área donde los fans no podían pasar, cuando le dio unas ganas enormes de ir al baño, así que se acercó a James, uno de sus guardaespaldas y le comunicó sus intenciones.

-¿Tiene que ser ahora, Lolo?-preguntó el hombre, mirando alrededor a través de sus lentes oscuros.

-Sí, James, por favor cúbreme con Boris y…

-Te pueden ver, Lolo… te llegan a ver y esto se vuelve…

-No me verán, te lo prometo… por favor-insistió Lauren, desesperada.

El hombre miró a su alrededor de nuevo, los demás guardaespaldas estaban distraídos, mientras Boris estaba ocupándose de algunos asuntos.

-Está bien, Lolo, pero toma esto y póntelo-dijo James, mientras le entregaba un sweater negro con capucha.

-¿Y esto? ¿De dónde lo sacaste?-preguntó Lauren, sorprendida, a la vez que se colocaba el sweater y se tapaba la cabeza con la capucha, poniéndose los lentes oscuros de nuevo.

-Siempre tengo que estar preparado contigo-confesó James, con una sonrisa cómplice.

-Gracias, te debo una-susurró Lauren

-Me debes muchas, Jauregui. Ahora corre antes que Boris se de cuenta.

Lauren sonrió y salió corriendo de ahí, pero una vez que llegó a un punto donde había mucha gente, bajó la cabeza y caminó con cuidado de no tropezar con nadie. Toda la gente estaba muy metida en sus asuntos, por lo que en ningún instante nadie se percató de su presencia.

“Malditos baños”-pensaba, desesperada por encontrar uno, porque si no se apresuraba, probablemente tendría un vergozoso accidente.

En ese momento, enfrente suyo, pasaron unas chicas con unas pancartas con su foto y tuvo que pegarse a la pared para evitar que la vieran. Cuando estuvieron lejos, se dio cuenta que salían de un baño y dio gracias al cielo.

Ahora sólo esperaba que estuviera vacío.

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-¡Demonios! ¡Liam me va a oír!-dijo Camila por enésima vez, mientras marcaba de nuevo el número de su hermano y buscaba con la vista en el mar de gente que había esa noche en el aeropuerto.- ¡Liam!-gritó, cuando el chico por fin atendió al celular-¿Dónde demonios te metiste?... ¿Qué? ¡No te escucho!... ¿Liam?... ¡Liam!

Miró la pantalla de su celular y vio que se había cortado la llamada, suspiró, intentando calmarse. Las ganas de ir al baño en ese instante la asaltaron, buscó con la mirada alguna señalización y enseguida encontró uno.

Cuando iba a entrar, iba saliendo a la vez una persona. Intentó darle paso para que saliera, pero la otra persona también se había detenido para darle paso, así que dando las gracias intentó pasar, pero la otra persona hizo lo mismo y casi chocan. Intentó pasar varias veces, por un lado y por el otro, pero siempre se chocaban.

-¡No vine aquí a bailar!-protestó Camila, enojándose.

-¡Tú eres la que se atraviesa! ¡Yo estaba saliendo muy tranquila cuando tú llegaste!-exclamó la otra chica, impaciente.

-¡No tengo todo el tiempo del mundo!

-¡Entonces déjeme pasar!

Ocurrió en una fracción de segundo, lo que tarda un grito en ser escuchado.

-¡ES LAUREN JAUREGUI! - Gritaron las fans.

Capítulo 3: Acabo de ver una cara.


No tuvo tiempo de pensar. Ahora se hallaba corriendo detrás de aquella desconocida, sin saber por qué, pero igual corría como si se le fuera la vida en ello. Las personas venían gritando como locas detrás suyo y sólo podía pensar en “Por la mierda, me van a aplastar”, cuando de pronto, la desconocida cruzó hacia la derecha y un instante después una mano la haló hacia dentro y la desconocida cerró la puerta. Cuando pudo calmarse, se dio cuenta donde estaba.

-¡Este es el baño de hombres!-gritó Camila, horrorizada, viendo a su alrededor.

-¡Hey! ¡Haz silencio! ¿Quieres? Podrían darse cuenta que estoy aquí-dijo la chica que la había arrastrado hasta aquel lugar.

En ese momento, la desconocida se bajó la capucha y se quitó los lentes dejando ver un gran círculo negro alrededor de su ojo.

-¡Oh, Por Dios! ¡Seguro que esas personas te descubrieron robándoles y…

-¡¿Qué?!-gritó la morena, incrédula-Me estás jodiendo, ¿Cierto?

-¿Por qué habría de hacerlo? Corres de un montón de personas que te persiguen como si quisieran matarte… No quiero saber en qué estás metida, pero es definitivo que no me quedaré aquí esperando a que me metan presa por tu culpa.

Camila ya iba a salir, cuando vio que la puerta se comenzaba a abrir y un segundo bastó para encontrarse ahora, metida en uno de los cubículos, encima de un retrete con aquella desconocida muy cerca suyo que le tapaba la boca.

Afuera del cubículo se escuchaban los sonidos del agua saliendo del lavamanos y el del secador de manos. Como por maldición, el celular de Camila comenzó a repicar y cuando ya lo iba a atender, la morena a su lado le arrebató el aparato y le volvió a tapar la boca, mirándola con los ojos muy abiertos en señal de advertencia. La chica apretó un botón y el aparato se quedó callado, Camila quiso protestar, pero la otra chica le tapó aún más fuerte la boca.

Luego de unos segundos, escucharon como la persona que había entrado al baño, salía y las dejaba solas de nuevo.

Camila se bajó del retrete y salió del cubículo, a la vez que le arrebató de las manos su celular a la chica. Vio la pantalla y soltó un quejido de impaciencia.

-Tengo que irme-dijo la castaña, abriendo la puerta, pero la morena la detuvo tomándole del brazo y volteándola para mirarla de frente.

En ese momento, mirándola más detenidamente a la castaña, se fijó en que sus ojos eran increíblemente de un color chocolate y por un instante pensó que se quedaba sin aire y su corazón latió sin ritmo alguno. No pudo hacer nada más que tragar fuerte y sonreír estúpidamente.

Camila por su parte miraba a Lauren como si de pronto hubiera enloquecido. Alzó las cejas, interrogándole con la mirada, pero tal parecía que la morena se había quedado muda.

-Oye, ¿Piensas soltarme y decirme qué te ocurre o qué?-preguntó Camila, preocupada por la salud mental de la chica.

Lauren enrojeció y sonrió avergonzada, soltándola y murmurando un “Disculpa”. Se golpeó mentalmente, sintiéndose muy pequeña delante de aquella castaña de impresionantes ojos color chocolate.

-No me dejes-logró decir finalmente Lauren, pero al darse cuenta de cómo había sonado aquello y por la cara de la castaña, supo que había metido la pata-Quiero decir… No puedes irte, si te ven salir del baño de los hombres…

-Realmente tengo que irme, mi hermano me está buscando y yo a él…

-¿Juegan a las escondidas?-preguntó Lauren, incrédula. Camila sólo la miró con cara de “Estás mal”.

-No, lo que quiero decir es que…

-Mira, si te ven salir de aquí, sabrán que yo estoy aquí-explicó Lauren, impaciente.

-Yo no tengo nada que ver contigo, además, no sé ni quién eres.

Lauren abrió la boca y miró a Camila, como si le hubieran crecido cuernos en la nariz.

-Me estás jodiendo, ¿Cierto?-preguntó Lauren, sonriendo, pero cuando vio que la castaña no sonreía y la miraba sin mostrar gesto alguno, supo que no le mentía-¡Esto es increíble! ¿En serio no sabes quién soy?

-Creo tener una idea. Estoy empezando a creer que eres una desequilibrada mental, estás seriamente trastornada, posiblemente tengas problemas de identidad. Ciertamente no sé quien eres, pero si sigues sonriendo de esa forma llamaré a un manicomio-advirtió Camila, con expresión confundida.

-Soy Lauren Jauregui-dijo la pelinegra, sonriente y dándole la mano.

Camila observó primero a la chica de cabello negro y luego la mano que ésta le ofrecía.

-Me baño todos los días-bromeó Lauren, volviendo a sonreír.

-Pues tu cara no se ha enterado-respondió Camila, observando las manchas negras en el rostro de la morena, quien enseguida se acercó a un espejo y gruñó a la vez que comenzó a lavarse la cara.- Camila Cabello.

-¿Qué?-preguntó Lauren, sin entender. Intentando que el círculo saliera de una vez, viéndose al espejo.

-Soy Camila Cabello-repitió la castaña.

-Oh, ¿Cómo en Sinu Cabello?-preguntó Lauren, secándose la cara.

Camila frunció el ceño, confundida.

-Los Cabello son conocidos, castaña. No me dirás que el hecho de que tu madre haya sido una de las mejores médico-cirujana y tu padre un empresario de renombre no los hace famosos-explicó Lauren, tranquilamente.

Camila suavizó un poco la mirada, pero aún así se mantuvo seria.

-Aún no me acostumbro-murmuró Camila, sintiéndose idiota.

-Lo siento-susurró Lauren, sincera

-No lo sientas, ni siquiera los conociste-dijo Camila, sintiendo de pronto rabia.

-A tu padre no, pero a tu madre sí. Sinu Cabello atendió a mi padre cuando tuvo un accidente-respondió Lauren, seria.-Fue una gran persona y le agradezco que haya intentado salvar a mi padre, aunque haya sido en vano.

Camila, una vez más se sintió muy mal, como si el techo se le hubiera caído en la cabeza; sin embargo, no dijo nada y por su rostro no pasó ninguna emoción que demostrara su incomodidad. Quiso decir “Lo siento”, porque de verdad lo sentía, pero de su boca salió algo muy distinto.

-¿Me dirás quién eres?-preguntó Camila, sin pensar.

-Ya te dije mi nombre… Lauren Jauregui. No pensé que tuvieras tan mala…

-Ya sé, lo que quiero decir es ¿Por qué te sorprende que no te conozca?

Lauren soltó una risita, pero al ver que Camila no reía, dejó de hacerlo. Se preguntó si alguna vez lo haría, no la había visto reír ni una sola vez, ni siquiera una sonrisa. Empezó a pensar que había algo mal con ella.

-No es como si mi rostro no apareciera casi todos los días en el diario o en la televisión-respondió Lauren, sin darle mucha importancia a lo que decía.

-Aún así, no te conozco-dijo Camila, confundida.

-¿Vives en un termo, Cabello? Bueno, no importa. Eso te hace aún más interesante-dijo Lauren, sonriente. Camila la miró con rostro indescifrable, por un momento Lauren pensó que sonreiría por primera vez, pero se decepcionó al ver que sólo alzó una ceja, incrédula.

-¿Me dirás quién eres o tendré que adivinarlo?

En ese mismo instante, la puerta se abrió y antes que a las dos les diera tiempo de esconderse, un chico castaño hizo su aparición y al ver a Camila, se quedó de piedra y frunció el ceño.

-¿Camila?

-¿Liam?

-¿Qué demonios haces aquí?-preguntaron a la misma vez, confundidos.

Lauren pensó que tendría que sacar una cámara de video y grabar aquel momento para guardarlo toda la vida. Camila Cabello sonreía. Había sonreído. Estaba sonriendo. Aún sonreía y… ” ¡Dios Santo! Qué hermosa sonrisa tiene”-pensó Lauren, sorprendida y sin dejar de mirar un instante, como los dos chicos se abrazaban.

-Te extrañé mucho-susurró Camila.

A pesar de que lo dijo en un tono de voz muy bajo, Lauren la escuchó y no pudo evitar pensar-“La castaña de hielo sabe sonreír y dice cosas conmovedoras”

-Igual yo, hermana. Oye… ¿Y qué haces aquí en el baño de hombres?...Camila… no me dirás que…

-Cállate, Liam. Estoy aquí por un pequeño lío con…

-¡Lauren Jauregui! ¡Es Lauren Jauregui!-gritó Liam, con los ojos muy abiertos y mirando a la chica que le sonreía avergonzada.

-No grites, castaño, por fa…

Liam en ese momento se abalanzó sobre Lauren y la abrazó con fuerza. Lauren sonreía, nerviosa, a la vez que abrazaba al chico y le daba unas palmaditas en la espalda. Cuando comenzó a sentirse asfixiada, intentó separarse, pero el castaño parecía no querer soltarla.

-Chico… eh… chico, me e-estásss… asfixiando-se quejó Lauren. Liam la soltó y le dio la mano, muy emocionado.

-Soy un gran fanático tuyo, Lauren. Me encantan tus canciones y tu padre… ¡Por Dios tu padre era y ES el puto amo del universo!. Soy Liam Cabello, estoy soltero hasta que me digas que saldrás conmigo.

-Ehhh… Mucho gusto conocerte, Liam-respondió Lauren, sorprendida por la efusividad del chico.

Observó detenidamente a Liam y luego a Camila y enseguida supo que, a pesar de ser hermanos, eran totalmente opuestos. Camila era el norte y Liam el sur, Camila era el frío y Liam el calor.

Camila observaba a ambos con el ceño fruncido, confundida. Todo el mundo parecía conocer a aquella chica, sin embargo, era primera vez que escuchaba hablar de ella. Ni siquiera recordaba haber escuchado alguna vez su nombre en la televisión… bueno, tampoco era como si viera la televisión muy a menudo, en realidad apenas la veía y cuando lo hacía era por las noticias. Su vida estaba siempre en la empresa de su familia y en cuidar a sus hermanos.

Por otra parte Lauren Jauregui si había escuchado hablar de ella y su familia, de sus padres, en especial su madre. Intentó recordar algún momento de su vida en el que Sinu Cabello hubiera comentado acerca de un paciente accidentado con apellido Jauregui, pero no recordó. Nada le vino a la mente.

-¿Camila?

-¿Huh?

-¿Te sientes bien?-preguntó Liam, viendo con preocupación a su hermana-Te ves pálida.

Camila miró a Liam y luego a Lauren, quien también la miraba con aparente preocupación. Apenas fue ese momento en el que notó que tenía las manos frías y sentía un gran dolor de cabeza.

-Sí, Liam. Sólo estoy cansada-respondió Camila-¿Podemos irnos?

-Oh, claro, claro, vamos, pero antes… oye Lauren, ¿Qué haces aquí?-preguntó Liam, confundido.

-Ah… una larga historia. Sólo sé que debo llegar cuanto antes con mi manager, que creo que ya debe haber enloquecido y estará llamando al servicio secreto para que me encuentren-dijo Lauren, sonriendo.

-Ah bueno, entonces nosotros te acompañamos a donde esté tu manager-propuso Liam, con una gran sonrisa.

-Liam…

-Vamos, Camila, sólo será eso y nos iremos-

Camila miró a su hermano y luego a Lauren y suspiró en señal de “buehhh… está bien”. Lauren antes de salir se puso de nuevo su sweater negro y los lentes oscuros y cuando ya iba a salir, la mano de Liam la detuvo y la vio detenidamente.

-¡Si que te ves HOT!-dijo Liam, sin un atisbo de vergüenza. Lauren se sonrojó y sonrió murmurando un “Gracias”. Camila rodó los ojos de impaciencia.

Los tres caminaron con mucho cuidado, mientras Liam hablaba con Lauren casi en susurros y caminaba junto a ella, pasándole el brazo por los hombros. Camila iba al lado también, pero no dijo nada durante el trayecto, que fue bastante calmado ya que los fans de Lauren y la prensa se habían ido y sólo quedaban personas que apenas llegaban de sus viajes. Nadie pareció reconocer a la morena y si alguno lo hizo, simplemente no se acercó a preguntar para constatar que sí era. Cuando llegaron, un chico apareció de pronto, con los ojos inyectados de furia y molestia.

-¿Dónde.Demonios.Estabas, Jauregui?-preguntó, apretando los dientes, dándole un aspecto de perro con rabia.

-Estaba en el baño, Boris-respondió Lauren, con voz cansada.

-En el baño… en el baño… ¿Y en el baño te encuentras a personas que se hacen tus amigos?

-Oiga...Lauren le está diciendo la verdad, nosotros solamente nos la encontramos por casualidad saliendo del baño y muy gentilmente vinimos a traerla aquí porque unos fans suyos estaban acosándola-respondió Liam, molestándose.

-¿Y tú quién eres?-preguntó Boris, despectivamente, mirando a Liam con fastidio.

-Soy…

-Ellos son Camila y Liam Cabello, Boris. Me ayudaron a salir del apuro en el que estaba-interrumpió Lauren, con la mirada clavada en Boris, casi podía fulminarlo con los ojos.

-¿Cabello? ¿Los Cabello?-preguntó Boris, sorprendido. Mirando a Camila.

-Sí, mucho gusto…

-Renski. Boris Renski, mucho gusto, Señorita Cabello, disculpe la molestia-dijo Boris, sonriendo y dándole la mano a Camila, quien la aceptó.

-Igual. No fue ninguna molestia, Sr. Renski, esperamos que esté bien-dijo Lena, con tranquilidad.

-Sí, está y estará bien. Muchas gracias a ustedes y disculpen si los molesté…

-Sí nos…

-¡Liam!-interrumpió Camila, mirándole en advertencia-No nos molesta. Ahora, debemos irnos. Con permiso.

-Bien pueda-

Camila agarró por el brazo a Liam para arrastrarlo fuera de aquel lugar, cuando el chico se soltó y se volvió de nuevo hacia donde estaba Lauren.

-¡Lauren!-la llamó Liam.

La morena volteó y sonrió acercándose de nuevo al chico.

-Lauren, entonces… ¿Saldrías conmigo?-preguntó Liam, poniendo la sonrisa que él consideraba sexy y que utilizaba para ocasiones especiales.

Lauren rió y le pellizcó una mejilla al castaño. Camila se les quedó mirando, con cara de pocos amigos.

-No creo que a tu hermana le guste que salgas con alguien como yo-respondió Lauren.

-¿Cómo tú? No sé de qué hablas. Eres sexy, yo soy sexy…

-Liam…

-Haremos una pareja sexy. Además, no te preocupes por Camila, a ella nunca le gusta lo que hago, digamos que… soy como la oveja negra de la familia para ella-murmuró Liam, sonriente.

-No quiero que discutas con ella por mi culpa-

-Yo no discuto. Ella es la que discute conmigo. Vale, anda, di que sí. Lo estás deseando. Te prometo que la pasarás bien-insistió

Lauren sonrió aún más, todo el tiempo que Liam le hablaba, miraba de reojo a la castaña, quien parecía que a cada momento perdía un poco más la paciencia.

-¡Liam!-llamó de nuevo Camila, molestándose.

-Tienes que irte-dijo Lauren, mirando a Camila.

-Dime por lo menos que me vas a llamar-insistió Liam, poniendo cara de perro degollado.

-No sé tu número, además…

-Eso se resuelve, mira…

-¡Liaaaam!

-¡Un momento, Camila!-gritó Liam, enojándose-Mira, aquí tienes mi número-dijo ahora, entregándole una tarjeta a Lauren, la cual intentó rechazar, pero Liam se la volvió a dar-No acepto un no por respuesta. Llámame y no te preocupes por Camila.

Liam volteó y cuando ya volvía al lado de Camila, se volteó de nuevo y gritó.

-¡Me encantas, Lauren Jauregui! ¡Wooohooo!

Camila tuvo que taparle la boca y sacarlo a rastras de ahí. Mientras, Lauren los observaba irse, sonriendo, pero con la vista pegada en la parte de atrás de la cabeza de Camila. Cuando vio que salieron por fin, miró la tarjeta en su mano y suspiró.

“Camila Cabello. Me encantas”-pensó.

Capítulo 4: ¡Bájate de esa nube!


Cuando llegaron a casa, Camila ya pensaba que la cabeza le estallaría, era un dolor palpitante que no le dejaba pensar y sólo le hacía desear acostarse en la cama y dormir durante varios días, pero eso parecía imposible en su vida, porque apenas puso un pie adentro, llegaron corriendo sus hermanos y detrás de ellos venía la nana, con cara de haber pasado un día de terror.

-Camila, por favor, no queremos ir a ese campamento.

-¡Hey! ¿Ustedes no saludan?-preguntó Liam, poniéndose al lado de su hermana y enseguida todos los chicos se lanzaron a abrazar a su hermano.

-¿Cómo te fue, Liam?-preguntó su hermano adoptado Chris de 18 años, con una sonrisa.

-¡Oh me fue genial! Y a que no adivinas a quién conocí hoy

-No sé, ¿A quién?-preguntó Chris

-¡A Lauren Jauregui, hermano!

-¡Mentira! ¡¿En serio?!

Liam tiene la misma edad de Chris, por eso se llevan de maravilla y se fueron hacia sus habitaciones hablando, pero para Camila, las quejas no se terminaban ahí, sus otros hermanos la seguían detrás hacia donde fuera.

-¡Camila, por favor! ¿En serio tenemos que ir a ese campamento? Vamos todos los años y ya aburre-

-Eddy, por favor, me duele la cabeza, ahora no-suplicó Camila, con voz cansada.

-¡Siempre te duele la cabeza! Tómate una pastilla y ya-se quejó el más pequeño de sus hermanos quien tiene 7 años.

-¿No deberías estar acostado ya?-preguntó Camila, mirando a Denis y luego a la nana que estaba ahí mirándolos sin decir nada.

-Lo siento, Señorita…

-Camila, Maria. Camila… me llamo Camila, has vivido toda la vida con nosotros, eres ya de la familia, ¿Cuándo me llamarás por mi nombre?-insistió Camila, agarrando agua de la nevera.

-Es que no quiero…

-No me faltarás el respeto porque me digas por mi nombre, María, por favor.

-Bien, Se...Ca...mila, no quisieron acostarse hasta que usted no llegara, les insistí, pero no cedieron-explicó la mujer, nerviosa.

Camila miró a sus hermanos y luego suspiró, resignada.

-Está bien, María, puedes retirarte a descansar-murmuró la castaña.

-Muchas gracias, Se… Camila-se corrigió al ver la mirada de advertencia de la castaña y luego se retiró.

-Y bien… ¿Por qué no quieren ir al campamento?-preguntó Camila, sentándose en el mesón

-Camila, queremos quedarnos esta vez aquí, en casa. Todo el tiempo hemos ido allá y nunca pasamos unas vacaciones contigo-explicó Eddy el chico de 13 años, con rostro triste.

-Además, Camila… ¡Siempre sales con ese idiota de Viktor y nunca… !

-¡Hey! ¿Cómo que idiota, jovencita?-interrumpió Camila a su hermana de 15 años, la única que tenía

-¡Es verdad! ¡Es un papanatas! ¡Sólo está contigo por tu dinero! ¡El dinero de nuestra familia! ¡No sé como no te das cuenta!-protestó Sofia, molestándose y mirando con rabia a Camila.

-Es suficiente. Sube a tu habitación en este instante-siseó Camila, enojada.

-Así es como lo arreglas todo, ¿No? “Sube a tu habitación” y siempre tienes la razón, nunca nadie te protestaría nada.

Camila ya le iba a contestar, pero Sofia ya se había ido corriendo, echa una furia. Con su hermana siempre le costaba lidiar un poco más, porque solía siempre contestarle y refutarle cada una de las cosas que decía. Nunca se quedaba callada con lo que tenía que decir y se le hacía sumamente difícil controlarla.

Eddy y Denis se le quedaron mirando con cara de “Tiene razón”. Camila que quería terminar la conversación en ese mismo instante, accedió.

-Está bien… se quedarán en casa, PERO… -dijo alzando la voz, antes que los dos chicos empezaran a dar saltos de felicidad por toda la casa-Por favor, no le den trabajo a María. Es una persona mayor y no puede estar detrás de ustedes siempre porque se cansaría.

-Está bien, Mila. Gracias y… ¿Pasarás algún tiempo con nosotros?

Camila sintió que se le encogía el corazón de tristeza, miró a sus dos hermanos y revolviéndole el cabello castaño a Denis, con una sonrisa avergonzada, suspiró.

-No creo. Intentaré estar más junto a ustedes, pero saben que tengo…

-Mucho trabajo, lo sabemos… pero valía la pena intentarlo-murmuró Eddy, con una sonrisa que hizo que Camila recordara a su padre. Eddy se parecía mucho a Alejandro Cabello y Denis era la copia de Sinu, aunque a veces hacía gestos con la cara que le recordaban más a su padre. Intentó no seguir pensando en eso y con una sonrisa, le dio un beso en la frente a cada uno y los mandó a dormir.

-¿Me contarías un cuento, Mila?-preguntó Denis antes de salir de la cocina.

-¿Todavía con los cuentos? ¿No estás grande ya para eso?-preguntó Camila.

-Mamá siempre me contaba uno, pensé que hoy que llegaste un poco temprano podías hacerlo tú. Sofi me contaba uno, pero no va a querer ahora que se enojó-susurró Denis, haciendo un puchero que conmovió a Camila. Quiso decirle que estaba cansada, pero no pudo evitar rendirse cuando puso los ojitos brillantes que siempre ponía para convencerla.

Camila sabía que ese era su arma contra ella, pero igual le gustaba y sólo se rendía ante sus hermanos más pequeños.

-Está bien, vamos.

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-Es preciosa puedo ver que tiene unos 25 años como mi edad , tío, en serio. Camila Cabello es… wow. Solo que es muy…

-¿Inalcanzable?

-No, tío…

-¿Engreída?

-No

-¿Entonces qué es?

Lauren se quedó mirando a su tío. El hombre había venido a visitarla luego de enterarse que había vuelto del tour y se habían puesto a hablar de todo un poco… todo un poco era Camila Cabello, porque desde que llegó, Lauren no había hecho más que hablarle a su tío, que no era su tío, de la chica castaña que había conocido por casualidad en el baño de hombres del aeropuerto.

Cuando el hombre escuchó la historia, se echó a reír un buen rato y luego se habían pasado las horas sólo hablando de aquella chica que había dejado a su sobrina envuelta en nubes de algodón.

-Es… muy seria, tío, en ningún momento se rió, ni apenas una sonrisa… bueno… miento… sólo sonrió cuando llegó su hermano y te juro, tío que… fue lo mejor, tiene una sonrisa tan linda, fue la sonrisa más sincera que he visto en toda mi vida y por Zeus o cualquier Dios griego, mataría por volver a verla sonreír. Así me costara una fortuna, así tuviera que dar todo mi dinero y mi casa… quisiera hacerla reír.

-Wow… muy lindo, sobrina, pero… ¿Recuerdas quién es?-preguntó Greg.

-Sí, claro, la criatura más adorable que han visto mis ojos-respondió Lauren, con una sonrisa.

Greg rió entre dientes y rodó los ojos.

-Lolo, es de la familia Cabello, además que esa chica tiene novio, ya lo vi la vez pasada en una revista que vi en una tienda y los dos están juntos desde hace 2 años aproximadamente. Había una foto de los dos, en una de esas fiestas y se veían ambos muy felices ahí. Es más… por aquí debo tener la revista…

-Tío, ¿Desde cuando compras revistas?-preguntó Lauren, confundida.

-Desde que me aburro sin tus chistes y tengo que buscar distraerme-respondió el hombre-Esta casa tuya es como un laberinto, siempre me pierdo… por aquí debe… ¡Aquí está! Mírala-

Lauren tomó la revista y al buscar la página, sonrió. Camila estaba al lado de un hombre apuesto, tomada de la mano y miraban a la cámara, a simple vista si se veían muy enamorados, pero Lauren notó que la sonrisa de Camila no era acompañada por su mirada. Había algo que no los hacían brillar a sus ojos.

-¿Ves? No me sorprendería si uno de estos días anuncian su compromiso-

Lauren sintió su corazón saltar de tristeza, pero intentó no prestar atención, sólo miraba aquella foto sin mirar a quien tenía al lado. Sin embargo, a pesar de todo, quería darse la oportunidad de imaginar que si alguna vez la volvía a ver, haría todo lo posible por sacarle una sonrisa, una sonrisa verdadera como la que vio en el aeropuerto al verla abrazar a su hermano.

Hacían 20 minutos que se había despedido de su tío y fue a su habitación para descansar. Mañana sería, por fin, el primer día de sus vacaciones. Se vistió con lo primero que encontró y cuando ya iba a acostarse, encontró la tarjeta que le había dado el hermano de Camila. Tenía su número y su nombre. No quería salir con él, pero le había parecido tan gracioso que por ahí y si salían un par de veces, se divertiría y quizá estaría más cerca de su amor platónico. Sabía que era un poco injusto para Liam, pero no podía evitar sentir que algo muy fuerte la empujaba a buscarla. Algo que sabía muy en el fondo que no la dejaría hasta que no la conociera mejor.

Capítulo 5: Como salvar una vida.


Habían pasado 2 semanas desde la llegada de Liam y el chico ya se la pasaba de fiesta en fiesta todas las noches, se la pasaba discutiendo con Camila porque llegaba tarde o a veces porque no llegaba y se quedaba en la casa de alguna chica o de alguno de sus amigos.

Por su parte, Camila sentía que cada día todo se volvía más insoportable. A cada momento la nana llamaba para avisarle de lo que hacían sus hermanos o a veces ellos mismos llamaban para quejarse de que no podían hacer nada y que se aburrían ahí. La castaña les había repetido una y mil veces que fueron ellos los que habían elegido quedarse ahí, en vez de ir al campamento.

-Eddy, estoy en una reunión, ahora no-murmuró Camila por el teléfono. En el fondo escuchaba los gritos de Denis pidiendo hablar con ella y las quejas de Sofia porque se callara.

-Camila, sólo deja que vayamos un rato a casa de Drew a jugar con la Wii-suplicó Eddy, con voz lastimera.

-¿Ustedes no tienen una Wii?-preguntó Camila, a la vez que pedía disculpas a todos los que estaban en la reunión, con la mirada.

-Sí, Camila, pero… es aburrido, con Drew podemos hacer una competencia con el Guitar Hero y sería mejor-explicó el chico. En el fondo se escuchó a Denis decir-“¡Camila, por favor!” y seguido de él a Sofia gritar-“¡Cállense! ¡Ustedes son imposibles! ¡Me voy a casa de Ariana!”

-Eddy, dile a Sofia que no puede…

-Ya se fue-dijo Eddy y enseguida se escuchó al fondo un portazo.

Camila se quedó viendo a las personas que le esperaban a que colgara para seguir la reunión y se sintió agobiada.

-Si le pueden decir a Drew que venga a la casa con el videojuego sería mucho…

-¡No Mila, queremos ir a su casa!-protestó Denis, quien parecía haberle arrebatado el teléfono a Eddy.

-Bueno, vayan, pero que María…

-¡Camila, No! ¡María nos va a estar molestando!-

-Si no va ella, entonces no van a ningún lado. Luego hablamos, estoy en una reunión-dijo Camila, molesta y colgando enseguida.-Disculpen, es que mis hermanos son…

-Le comprendemos, Cabello. No se preocupe, ahora sigamos con lo de las ventas de…

El celular comenzó a sonar de nuevo y Camila emitió un quejido lastimero, todos la miraron y pidió permiso para salir un momento. Una vez afuera, se fijó en quien era y atendió.

-Liam, por favor, estoy en una reunión. ¿Qué quieres?-preguntó Camila, molesta y mirando a la gente que pasaba y se le quedaba mirando.

-Tranquila, hermana, estás muy tensa últimamente, necesitas…

-Al punto, Liam. Estoy ocupada-exigió la castaña, con dureza.

-Bien, en vista de que has estado quisquillosa con eso de que no te aviso que voy a una fiesta y me quedo por ahí…

-Liam…

-Voy a llevar hoy a la casa a cenar a…

-Lo que sea, Liam, está bien. Trae a quien sea, pero por favor no llegues tarde y no nos hagas esperarte para cenar.-interrumpió Camila, mirando que le hacían señas para que se diera prisa.

-Gracias, hermana, sabía que no eras una amargada después de todo, chau.

Liam colgó y Camila ya volvía a la sala de reuniones, cuando volvió a sonar el celular y esta vez si tuvo ganas de lanzarlo contra la pared.

-¡¿Quién es?!-gritó Camila, exaltada. Varias personas voltearon, sorprendidas.

-Disculpa, amor, no sabía que…

-¿Qué quieres, Viktor?-preguntó Camila, con voz de fastidio.

-Solo quería saber si esta noche podríamos ir a cenar en…

-Esta noche no, Viktor. Liam invitó a alguien a cenar y tengo que estar casa temprano.

-¿Y no me invitas a mí, amor? Tengo ganas de verte-

Camila lo pensó unos segundos. La verdad es que no quería verlo, pero tampoco podía volver a cortarle el rostro. Había rechazado ya 4 propuestas de salir a cenar con él y si no aceptaba, volvería a insistir hasta conseguirlo.

-Está bien, pero llega temprano, por favor. No quiero esperar a nadie-accedió finalmente.

-Muy bien, cariño. Ahí estaré. Te amo-dijo Viktor.

-Yo también, nos vemos-

Apenas colgó y le llegó un mensaje de Chris.

“Camila, ¿Puedo llevar a Jannel a cenar en casa?”

Camila tecleó rápidamente un escueto. “Sí” y entró de nuevo a la sala de reuniones. No sin antes apagar el celular.


… … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … …


Camila corría por los pastizales, tenía sus rizos castaños sueltos y estos bailaba con el viento, podía verla acercarse y se veía realmente hermosa. Sus ojos cafes como el dulce chocolate, tan brillantes y sus mejillas sonrosadas por correr.


-¡Camilaaa!-gritaba Lauren

-¡Laureeen!-gritaba Camila

Una vez que estuvieron juntas, se abrazaron y Lauren levantó del suelo a la castaña para luego comenzar a dar vueltas, mientras reían felices.
Finalmente, se acostaron en el pasto verde y comenzaron a rodar, riendo cada vez más. En un segundo, pararon y cuando ya la iba a besar, Camila la miró confundida

-Parece estar muerta-dijo Camila, con una voz suave

-¿Qué?-preguntó Lena, sin entender.

-¿Cómo crees? Los muertos no roncan ni babean-dijo Camila, pero esta vez, su voz parecía la de otra persona.

-¿De qué… ?

¡¡PATAPUM!!

-¡LUKEEEE!

Estaba enredada entre las sábanas, rodó un poco para desenredarse, pero cuando intentó levantarse, se dio un cabezazo con la cama que la hizo tambalearse, ver blanco por un instante y luego sentir como si la cabeza se le hubiera partido en dos.

-Oye, Lolo…

-¡¿Qué hacen aquí?!-preguntó Lauren, con la voz deformada y agarrándose la cabeza.

-Vinimos para saber si vamos a ir a ensayar-dijo Zayn, intentando no reírse de los gestos de dolor de Lauren.

-Estoy de vacaciones-murmuró Lauren, molesta-Además hoy tengo cosas que hacer.

-¿Dónde?-preguntó Luke

Lauren se levantó y caminó hacia el baño, pero antes se detuvo y volteó a ver a Luke.

-Eso no te importa-dijo Lauren, tranquilamente.

-Bueno, pero Boris dijo que…

-Boris puede decir lo que quiera. Estoy de vacaciones y se acabó-terminó de decir Lauren, entrando al baño y encerrándose ahí.

Una vez terminó de asearse, salió de su habitación y abajo estaban esperándola Luke y Zayn. Zayn en ese momento vio a Luke y le pegó un golpe en la parte de atrás de la cabeza.

-Deja de babear, idiota. Se dará cuenta más rápido-

-¿Quién se dará cuenta de qué?-preguntó Lauren, sin comprender.

-Que el…

-¿Vamos o no, Lauren?-interrumpió Luke, lanzándole una mirada asesina a Zayn, quien se reía por lo bajo.

-Les dije que no, pueden ir ustedes y díganle a Boris que no sea tan pesado-respondió Lauren. En ese momento, su celular sonó y vio un mensaje que le hizo sonreír.

-¿Quién es?-preguntó Luke, intentando mirar por encima del hombro de Lauren, pero la morena se apartó y lo miró con fastidio.

-¿Por qué siempre haces eso? Sabes que me molesta-preguntó Lauren, enojándose.

-Es que él quiere… ¡Argh! No es necesaria tanta rudeza-murmuró Zayn, sobándose el brazo y mirando con el ceño fruncido a Luke.

-Hombres… -susurró Lauren, rodando los ojos y respondiendo el mensaje, mientras buscaba qué comer.

Los dos chicos se sentaron en el mesón y se quedaron viendo a la chica de cabello oscuro, mientras ésta se servía cereal de Froot Loops en un tazón y leche.
Se sentó a comer, mientras en silencio pensaba en el sueño que tuvo, sin darse cuenta había empezado a reírse por el recuerdo del sueño de Camila corriendo por los pastizales. Luke y Zayn la miraban como si se hubiera vuelto loca de pronto, fruncieron el ceño e intentaban no reírse.

-Ehh… Lau… ¿Te sientes bien?-preguntó Zayn, preocupado, al ver como Lauren se carcajeaba mientras derramaba leche por la boca y estaba completamente roja.

-Sí… ¿P-por qué?-preguntó la morena, limpiándose con una servilleta y sonriendo.

-Por nada-murmuró Zayn. Lauren, todavía riéndose salió de la cocina para subir a cambiarse la camisa que había manchado con leche. Cuando Lauren estuvo fuera de la vista de ambos, Zayn y Luke se miraron.

-A lo mejor fue el golpe que se dio con la cama-susurró Luke, preocupado

-Eso o es que se ha dado cuenta que hoy llevas los bóxers de Jay Jay El avioncito-respondió Zayn, recibiendo enseguida un doloroso golpe en el estómago.


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Miró nuevamente el reloj. Faltaba poco para las 5 de la tarde. Normalmente se iba a las 9 y dependiendo del tráfico llegaba generalmente a las 11. A esa hora ya la mansión estaba a oscuras y todo el mundo dormía. Se paseaba por cada una de las habitaciones de sus hermanos ya dormidos, se acercaba y les daba un beso en la frente a cada uno y luego se quedaba un rato largo contemplándolos, dejándose sentir vulnerable por un instante. Era mejor cuando no la veían.

Cada una de las veces que hacía esto, pensaba y recordaba a sus padres y las tantas veces que se reunían todos para pasar un rato agradable en familia. A pesar de sus trabajos tan demandantes, Alejandro y Sinu siempre intentaban sacar, aunque sea, un día o una noche solo para sus hijos.

Se había quedado observando el atardecer de la ciudad por los grandes ventanales de su oficina y estaba tan metida en sus pensamientos, mientras pasaba entre sus manos una pelota de colores, regalo de su madre, que no notó cuando la puerta se abrió y alguien detrás suyo la observaba con una sonrisa.

Así estuvo por lo menos unos segundos, hasta que escuchó una débil tocecita y, alarmada por un instante, volteó, pero enseguida sonrió al ver a la persona que había llegado.

Sin pensarlo un instante más, se lanzó a abrazarla con fuerza, sintiéndose feliz, como si de pronto hubiera regresado a sus tiempos en el instituto y luego en la Universidad. Se separó para mirarla y vio que no había cambiado nada durante todo ese tiempo que no se vieron.

-Sigues tan hermosa como te recuerdo, Cabello… Bueno, quizá más hermosa-

Camila rodó los ojos y sonrió, dándole un pequeño golpe en el hombro a la mujer, quien respondió con una risita, un abrazo y un beso en la frente.

-Y tú sigues igual de aduladora como siempre, Brooke -respondió Camila, alzando una ceja.

Ally rió y revolvió el cabello de la castaña, despeinándola.

-¿Nunca dejarás de hacer eso?-preguntó Camila, sonriendo y volviendo a peinarse.

-En realidad no. No sería yo si no lo hiciera-contestó Ally, paseándose por la oficina, observando cada detalle-Entrar aquí es como entrar a la oficina de tu padre, Camila.

-Ésta era su oficina, Ally-murmuró Camila.

-Cierto. Lo había olvidado.

Camila se sentó en el mueble y Ally hizo lo mismo, observándola detenidamente.

Todos esos años de amistad con la castaña, le habían enseñado muchísimas cosas, por ejemplo, que ella era responsable, obediente a sus propias reglas, autosuficiente… También, el conocerla todo ese tiempo, le había mostrado y estaba encantado de saber que así era; Camila era una chica dulce, sobre protectora con sus seres queridos, arriesgada y por sobre todas las cosas, apasionada.

Verla ahora era como enfrentarse a una versión remasterizada de ella, se veía mucho más alta, más hermosa, o quizá era por su mirada que la hacía ver más madura, más adulta de lo que en realidad era y, extrañamente, a pesar de su belleza, con un rostro aparentemente carente de emociones.

Aquello hizo que Ally se preguntara a dónde había ido la dulce Camila que había conocido.

-¿Cómo estás, Mila?-preguntó Ally, seriamente y mirándola fijamente.

-Bien. Un poco agotada por el trabajo, pero estoy bien-respondió Camila, lentamente, como midiendo sus palabras.

-Los chicos, ¿Cómo están?, me enteré que Liam llegó hace unos días y ya está arrasando con tu paciencia.

Camila sonrió levemente y apartó la mirada por un momento.

-Están bien. Sacándome de mis casillas a veces y como es costumbre, pero vamos bien. Liam… conoces a Liam, no ha cambiado en lo absoluto.

Ally sonrió y asintió, dándole la razón. Sin poder contenerse, tomó la mano de Camila y le dio un pequeño beso en ella.

-¿Cómo va todo con Viktor?-preguntó Ally, acariciando con el pulgar el dorso de la mano de la castaña-¿Para cuándo es la boda?

-¿Boda?-preguntó Camila, confundida-¿Cuál boda?

-Ya yo los hacía comprometidos-confesó Ally.

Camila frunció el ceño y se le quedó mirando a Ally, como si se hubiera fumado un palo de escoba o un pañal sucio.

-Yo… yo no… no creo que yo… no creo que sea, por ahora, lo más conveniente. Mis hermanos…

-¿Tienes miedo?-interrumpió Ally, con un tono de franqueza que perturbó a Camila.

-No… No, ¿Por qué habría de estarlo?-preguntó Camila, intentando sonreír.

-Pareciera que tuvieras miedo de comprometerte, ¿Algo va mal con Viktor? Porque sí es así, tienes que decírmelo para poder ir a romperle…

-¡Hey, Ally, No!-saltó Camila, de inmediato-Tranquilízate. Viktor… Viktor está bien, él es paciente conmigo, es cariñoso y muy…

-Basta, Camila, no quiero saber qué cochinadas hacen-interrumpió Ally, riéndose.

Camila intentó no reírse, pero le fue imposible y se unió a las risas de su amiga. Sintiendo liberarse del estrés por un momento. Cuando se calmaron, Camila tuvo una idea, miró el reloj y luego miró a Ally.

-¿Quieres venir conmigo? Vamos a tener una cena y unas amigas de Liam y Chris vienen. También viene Viktor-invitó Camila, levantándose para agarrar su bolso. Ally sonrió y asintió.